Tener claros tus valores, identificar tus fortalezas y aprender a gestionar tus pensamientos negativos es muy importante, pero para conseguir una autoestima sana te falta algo imprescindible:
Te falta aprender a perdonarte por tus errores.
Somos nuestros mayores y peores críticos. Si nos equivocamos o algo no sale como esperábamos nos solemos sentir muy decepcionados e incluso nos tratamos mal, podemos llegar a insultarnos. Pero si le ocurre esto mismo a un amigo nuestro ¿Cómo reaccionamos?. Lo más probable es que le consolaríamos diciéndole que lo importante era intentarlo, que ya habrá más oportunidades y que aproveche para ver cómo puede mejorar.
Pues la autocompasión consiste en tratarte con el mismo amor y la misma empatía con la que tratarías a ese amigo tuyo. Significa darte apoyo y ser comprensivo contigo, en lugar de criticarte y juzgarte. Implica aprender a calmarte y reconfortarte para volver a intentarlo, en lugar de castigarte cada vez que cometes un error.
La forma más sencilla para empezar a trabajar la autocompasión, fundamental para una sana autoestima, es hablarte como lo harías con un amigo que lo estuviera pasando mal. Así podrás ver tus problemas como algo que estás experimentando, y no como algo que te define.
Si quieres puedes realizar este ejercicio para comenzar el cambio en ti:
- Escribe a mano (es mejor que en el ordenador porque aumenta la conexión con las palabras y el cerebro) una descripción de lo que hiciste, dijiste o te arrepientes.
- Escribe las razones por las que lo hiciste: no con crítica ni juicios, sino más bien con explicaciones simples, como "No tenía más información en ese momento que hubiera ayudado a actuar de otra forma". "Fui impulsivo y no me detuve a pensar en mis palabras"...
- Escribe por qué te costó actuar mejor. De nuevo, frases cortas y sencillas
- Escribe ahora en forma de carta, en tercera persona, lo que le dirías a ese gran amigo tuyo que no actuó correctamente y al que perdonas. Ponle un nombre y anota con amor y empatía todo lo que le dirías.
- Ahora, sustituye ese nombre y pon el tuyo en esa carta. Leela en voz alta y observa qué sucede en ti. Pide perdón y ofrécete a perdonarte a ti mismo.
Recomendación:
Cada vez que te descubras a ti mismo castigándote, sustituye tu voz crítica por esta voz compasiva. Tu autoestima se fortalecerá.