Son conocidos desde hace siglos los beneficios terapéuticos de los balnearios, hecho que se debe a su alta concentración en sales minerales. Hay una manera más fácil y económica de beneficiarse de estos baños y es tomando en casa tu baño de sal marina.
Cuando se toma un baño de sal, los minerales de la sal penetran en la piel en forma de iones, esta estimulación produce un crecimiento natural de las células del organismo. Se equilibran puntos débiles desde el punto de vista bioenergético y el flujo de energía del cuerpo se activa.
Cuando se toma un baño de sal, los minerales de la sal penetran en la piel en forma de iones, esta estimulación produce un crecimiento natural de las células del organismo. Se equilibran puntos débiles desde el punto de vista bioenergético y el flujo de energía del cuerpo se activa.
El efecto desintoxicante de un baño de sal
se puede comparar a 3 días de ayuno, lo cual es algo casi necesario para todo
el mundo en estas fechas post navidad y excesos. Para conseguir los beneficios
terapéuticos deseados la concentración de sal resulta importante. Dicha
concentración debe ser la misma que la de los fluidos corporales, en torno al
1% lo que se traduce en 10 gr de sal por litro de agua. Dado que normalmente
una bañera contiene de 100 a 120 litros de agua, se necesitan al menos 1 Kg de
sal. Se pueden añadir aceites esenciales adecuados y 100% naturales y 30gr de bicarbonato.
Otros consejos importantes: Debemos evitar
usar la propia energía del cuerpo para equilibrar la temperatura, por ello el agua debe
estar a 37º C aproximadamente y permanecerá a la misma temperatura dado
que la composición biofísica de la sal es tan fuerte que provoca que las
moléculas se muevan a un ritmo constante. No se debe de añadir ningún aditivo,
ni jabón, ni aceites minerales. Se pueden añadir unas gotas de aceites
esenciales puros. La sal debe ser marina y pura, sin colorantes. Es recomendable que el baño dure entre
20 y 30 minutos y no hay que aclararse después con la ducha, simplemente secarse con una
toalla para que permanezca el efecto de las sales y los aceites si se hubiesen añadido.
Puedes comprar pinchando en las siguientes fotos:
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Información:
Dr Marti Bosch:
...El segundo pilar básico de su protocolo para una buena desintoxicación y
alcalinización son los baños de agua caliente con sal marina. ¿Puede explicarlo
con más detalle?
En un principio me planteé seriamente cómo conseguir un sistema
terapéutico eficaz y simple para ayudar al paciente, porque éste ya tiene
bastantes problemas con su enfermedad para que nosotros le generemos más. Y a
ello me ayudaron los trabajos de la doctora Josefina San Martín Bacaicoa
-catedrática de Hidrología Médica en la Universidad Complutense de Madrid- y de
Schneider, sobre el mundo del termalismo.
Con ellos comencé a comprender que los baños termales son una
excelente solución terapéutica. ¿Por qué son útiles los balnearios? Porque sus
aguas son minerales y termales. Es decir, se trata de agua caliente que
contiene cloruro sódico y cloruro potásico en una concentración superior a 20
gramos por litro. Y es agua salina en una concentración superior a la del mar y
a la de nuestro plasma ya que éste tiene 9, 4 gramos de sal por litro y la de
los balnearios anda por los 20 gramos por litro.
Pues bien, cuando uno se sumerge en un lugar donde el agua está
caliente enseguida se le dilatan los poros de la piel. Pero como además está
muy salada y nuestros cuerpos son en un 70%-80% agua, resulta que al meternos
en ella se produce el fenómeno que conocemos como ósmosis, de forma que el agua
de nuestro cuerpo sale arrastrando toda clase de toxinas y sales minerales a
través de los poros hacia el exterior. Con lo que también la sal sale fuera del
núcleo de las células y éstas se alcalinizan.
Esto me hizo entender el concepto de las “sales de baño”.
Siempre me pregunté qué sentido tenía echar sal al baño. Entonces lo entendí.
Bueno, pues las bañeras que la mayoría tenemos en el hogar pueden convertirse
en balnearios caseros de alto rendimiento y bajo costo. De hecho ¿quiénes
fueron los primeros que tuvieron bañera en casa? La gente de clase acomodada.
Piénsese que en los años 40 del pasado siglo XX la gente pobre no tenía ni
baño. Quienes iban a los balnearios pertenecían a la clase acomodada porque un
balneario ni era ni es barato.
Una estancia de un mes puede costar más de 3.000 euros en la
actualidad. Algo que ni un rico paga con gusto ya que éste suele ser alguien
que lo que busca es cómo obtener lo que quiere sin pagar por ello. Así que
cuando los ricos se dieron cuenta de que los balnearios curan -aunque ignoraran
por qué- se decidieron a estudiar cómo tener alguno siempre a su disposición
pero sin pagar tanto por ello. Entonces les contaron que el agua de los
balnearios cura porque sus aguas son termales. A lo que el rico responde: “¡Que
me pongan una terma en casa”.
Es que las aguas de balneario son minerales, les dicen luego. Y
entonces preguntan qué minerales llevan, hablan con algún químico y éste les
explica que en las aguas de balneario hay 20 gramos de sales por litro de agua.
Así que los ricos, aleccionados, encargan bañeras sabiendo que deben llenarlas
hasta la mitad -para que haya unos 100 litros de agua- y luego agreguen dos
kilos de sal marina.
De esa forma la proporción de sal será también de 20 gramos por
litro. Y ya tienen un gradiente osmótico. Resumiendo, las bañeras caseras son
en realidad artilugios terapéuticos muy eficaces que nadie nos ha enseñado a
utilizar. Porque cuando el agua caliente dilata los poros de la piel y éstos se
abren el organismo transpira eliminando anhídrido carbónico (CO2) a la vez que
expulsa grasas, amoníaco y ácido úrico.
Y todas esas fracciones ácidas que eliminamos a través de la
piel en la bañera ya no necesitan ser desechadas por los pulmones, los riñones
y el hígado con lo que les evitamos que tengan que filtrarlas ellos. Basta en
suma agua caliente –no hace falta que queme- y dos kilos de sal marina en la
bañera para configurar un mecanismo sencillo de alcalinización rápida –media
hora de baño diario bastan- a disposición de cualquiera. Y barato. Tales baños
suponen una diálisis percutánea, una especie de pulmones, riñones e hígado
artificiales de alto rendimiento y bajo coste que casi nadie usa porque no se
lo han explicado.
Bueno, no todo el mundo -y pienso especialmente en las personas
mayores- se puede permitir entrar y salir de la bañera todos los días.
Siempre hay alternativas. A la gente mayor que no puede o debe
entrar en la bañera para evitar riesgos mayores le digo simplemente que no se
meta. Basta que se siente en una silla, coja un barreño pequeño donde quepan
unos diez litros, eche en él agua caliente y un cuarto de kilo de sal marina
para mantener la proporción de la que hablábamos y lo disfrute.
Es verdad que la superficie corporal expuesta es menor pero tres
baños de pies al día equivalen a un baño completo. Puede hacer por tanto diez
minutos por la mañana, diez al mediodía y diez por la tarde-noche. Y respecto a
la temperatura siempre les digo a los pacientes que deben sentirse a gusto. Hay
personas a las que les va bien 25 grados y otras a las que les van 30. Con 30
grados a la sombra ya se suda… y la cuestión es sudar....