¿Cuáles son las causas comunes de una baja autoestima

Podemos describir la autoestima como lo que sientes por tí mismo/a y cómo te ves a ti mismo/a. La forma en que uno se ve a sí mismo, su nivel de autoestima, tendrá un impacto significativo en las decisiones que tome, en lo que crea que es posible para usted y en cómo los demás lo tratarán. La autoconfianza es tener confianza o fe en sus propias habilidades, calidad o juicio. La falta de confianza y autoestima suele ir acompañada de algún tipo de  estrés  o  ansiedad.

Las personas con baja autoestima se limitarán inconscientemente y se abstendrán de alcanzar su máximo potencial. Muchas personas con baja autoestima creen que no son "lo suficientemente buenas" o que no tienen nada significativo que ofrecer, cuando esto realmente no podría estar más lejos de la verdad.

"Un problema bien definido es un problema medio resuelto"

Causas comunes de baja autoestima:

Imagen corporal:  cuando te miras al espejo, ¿qué palabras, frases o preguntas te vienen a la mente sobre tu apariencia? Si no estás satisfecha con la apariencia de tu cuerpo, es posible que no te sientas cómoda hablando con la gente, siendo el centro de atención o vistiendo ciertas prendas o conjuntos que de otro modo disfrutarías. Los problemas de imagen corporal pueden afectar a cualquier persona, desde adolescentes hasta ancianos, y pueden afectar tanto a hombres como a mujeres por igual. Cuando escuchamos esas voces de crítica y desaprobación, esto conduce a una reacción química en el cerebro que produce las sustancias químicas que nos hacen sentir de la manera que coincide con nuestros pensamientos. Muchas veces nuestra voz interna es más dura que cualquier otra cosa que otra persona pueda decir.

Compañía negativa:  El entorno en el que nos rodeamos tiene un impacto enorme en cómo pensamos y sentimos. Si estás en un grupo o con una pareja que tiene baja autoestima, curiosamente puede contagiarte y llevarte a permitir que tu autoestima se derrumbe. Cuando estás cerca de otras personas con baja autoestima, a veces pueden ir contra tí y esto suele suceder para ocultar su propio dolor, pero tu autoestima puede verse afectada por escuchar palabras o frases hirientes. Las personas con alta autoestima saben que las personas con las que pasas más tiempo tendrán el mayor impacto en ti, por lo que rodearte de personas felices y positivas puede marcar la diferencia.

Relación con familia o cuidadores al crecer:  La forma en que nuestros padres se sienten acerca de sí mismos y de su vida cuando somos jóvenes influirá en cómo nos sentimos y cómo desarrollamos nuestra autoestima. Los padres con baja autoestima a menudo pueden enseñar inconscientemente estos patrones de pensamiento y creencias negativos a sus hijos pequeños, quienes carecen de los filtros mentales y la experiencia de vida para saber lo que está sucediendo. Estas creencias penetran libremente en nuestro inconsciente, donde se asientan y echan raíces, hasta que se actualizan. Podríamos haber sentido que nuestros padres no se preocupaban por nosotros, y esto puede llevarnos a creer que no merecemos amar y ser amados.

Abuso:  Cualquiera que haya sido víctima de abuso mental, físico o verbal, a menudo puede tener baja autoestima. Los eventos traumáticos, seamos pequeños, jóvenes o mayores, pueden llevarnos a dar ciertos significados sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea. 

Establecer metas poco realistas:  si tiene una meta en mente, pero no tiene el conocimiento de cómo llegar allí, ya que no tiene una hoja de ruta, o sus metas son demasiado indefinidas, no medibles, o establece límites de tiempo poco realistas, esto puede conducir a una baja autoestima. Aprender a establecer metas INTELIGENTES y elaborar una hoja de ruta sobre cómo llegar allí, así como recibir comentarios a lo largo del camino, puede cambiar la forma en que se ve a sí mismo.

Aprende a desarrollar gradualmente la confianza en tí y en tus habilidades, ya sea en tu vida privada o laboral. Recupera la calma y reconoce tus logros, tus habilidades y cualidades que sé que son muchos

1. No te resistas, acepta; y date tiempo, no puedes cambiar todo rápidamente; si tu actitud frente a lo que sucede es de resistencia, el estrés va en aumento y tu energía baja. Al aceptarlo, en cambio, aumenta tu poder de acción. No es resignación, sino aceptación y evaluar las opciones y recursos que tienes. 

"Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma"

2. No te resignes, aprovecha; acepta tus posibilidades de acción e identifica las oportunidades que tienes para poder aprovecharlas. Siempre hay algo que está en tus manos para mejorar las cosas, se trata de ver el vaso medio lleno…

Ansiedad, autoestima, creencias
3. Asume; ¿Cuánto de todo lo que te afecta tiene que ver realmente contigo? Para alcanzar la madurez y cortar con los círculos negativos que te impiden crecer debes asumir lo que es tuyo. Solo así vas a poder liberarte de la queja y la frustración constante y podrás dedicarte a accionar para cambiar las cosas.


4. Comprométete;
 la única forma de conseguir algo diferente es hacer algo distinto. Acompaña el deseo con el compromiso y actúa en consecuencia. Los hábitos cotidianos refuerzan tu energía para alcanzar tus objetivos. Pide ayuda si tú sola  no puedes o no sabes y aprende técnicas potentes para ser la mejor versión de tí misma. Suelta la preocupación y ocúpate, trabaja en tí.

6. Desarrolla la gratitud; en lugar ver lo que te falta, agradece todo lo que tienes y así irás relajando los miedos. Agradece todo lo bueno que recibiste y aprendiste. Si te das permiso a hacerlo, verás que siempre se aprende algo. Confía

7. Visualiza en positivo y apuesta a ganar; engaña a tu cerebro, lo negativo, el miedo y el estrés van de la mano, por el contrario, si enfocas tu energía en lo que realmente deseas, utilizas técnicas de relajación y das a tus pensamientos un enfoque de oportunidad, además de generar nuevas oportunidades (creas nuevas redes neuronales) estarás más tranquila y enfocada en la solución.