¡¡Uufff lo que me ha costado a mí aprender a pedir ayuda!!! Pero nunca es tarde para aprender, todo suma y te enriquece.
A veces te sientes tan débil, desprotegida y llena de miedos que eres incapaz de pedir o aceptar ayuda. Piensas que tú puedes porque eres fuerte y siempre has salido adelante y yo te pregunto, ¿pero a costa de cuánta energía y desgaste?
Yo me he dado cuenta del peso, carga, que me he quitado de mis hombros cuando ahora pido ayuda, antes me preocupaba lo que pensarían de mí, ahora me da igual ya que lo más importante es lo que yo pienso de mí y cómo me trato. Y por supuesto, acudo a quien sé que me puede ayudar.
Cada persona tiene sus propios tiempos y ritmos que hay que respetar y son perfectamente compatibles con una terapia respetuosa, personalizada y libre de juicios y opiniones.
No estás sola Vive Crea tu Vida Es tu momento