Pequeñas historias que nos contamos o contamos a otros, a menudo en forma de quejas, están diseñadas inconscientemente para ensalzar nuestro siempre deficiente sentido de identidad haciendo que nosotros "tengamos razón" y la otra persona esté "equivocada".
"Tener razón" nos sitúa en una posición de superioridad imaginaria, fortaleciendo nuestro falso sentido del 'yo', el ego.
Este mecanismo también nos crea algún tipo de enemigo, sí.
El 'ego' necesita enemigos para definir sus límites, y hasta el tiempo meteorológico puede cumplir esa función.
Eckhart Tolle