Cuando pedimos que algo ocurra, le damos poder a lo que no tenemos. Las oraciones que piden la sanación, le otorgan mayor fuerza a la enfermedad. Las plegarias que piden la lluvia le dan fuerza a la sequía.
—Si no pediste que llueva, ¿qué es lo que hiciste?
—Es muy sencillo –contestó– Comencé a sentir la lluvia. Percibí la sensación del agua caer sobre mi cuerpo y lo que se siente al estar de pie en el barro con los pies descalzos en la plaza de nuestro pueblo. Sentí los olores de la lluvia cayendo sobre las paredes de barro de nuestras casas y la emoción de andar por los campos de maíz con el pecho henchido porque había llovido copiosamente.
La explicación de David era perfectamente lógica. Empleaba todos sus sentidos –los poderes ocultos del pensamiento, el sentimiento y la emoción que nos distinguen de todas las demás formas de vida.
En consonancia con las plegarias de lluvia, me explicó que los sentimientos de gratitud y aprecio eran el complemento de la oración, como el amén que emplean los cristianos. Sin embargo, en lugar de dar gracias por lo creado, David me dijo que se sentía agradecido por la oportunidad de participar en la creación.
Observa si tu "VIVIR DESDE EL FINAL" está en concordancia con una sensación de CARENCIA (de lo que sea que es nuestro Deseo) o de AGRADECIMIENTO y APRECIO por SENTIR que la oración ya fue respondida.
No se trata de pretender visualizar porque sí...Sino hacerlo de una manera tan Natural, que sea nuestro estado de Meditación el que nos lleve a ello y "sentir" como nos sentiríamos si ya fuese como deseamos, si ya fuese realidad.
Texto extraído del libro
Secretos de un modo de orar olvidado - Gregg Braden