Sabremos que nos hemos liberado cuando lo que tanto nos incomodaba del otro deje de molestarnos y la experiencia que nos generaba sufrimiento deja de repetirse.
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Cuando nos molestan mucho ciertos defectos o comportamientos de los demás, podemos deducir con toda seguridad que ESOS MISMOS son los nuestros, aunque estén retenidos o reprimidos subconscientemente. Cuanto más nos desagradan (los ajenos) es porque más nos duelen los propios.
Yo sé que cuesta creer y admitir lo que estoy diciendo. Pero invito a quienes se resistan a aceptarlo, que se observen con TOTAL y ABSOLUTA SINCERIDAD. No es necesario que lo reconozcan en público. Basta que cada uno lo vea en sí mismo.
Si observas bien, verás que a veces, ese defecto que tanto te molesta en alguien y te da “vergüenza ajena”, es porque en el fondo “sientes”, “recuerdas”, muy subconscientemente que en algunas ocasiones tú fuiste así o te comportaste así. Por eso sientes la vergüenza ajena. Si no, ¿por qué habrías de sentirla?
¿Por qué habrían de molestarte ciertos defectos o formas de conducta, si no fueran el reflejo de los tuyos? Verse con su peor cara en el espejo de los otros nos causa mucha MOLESTIA Y RABIA. Y así solemos expresarlo.
Al recriminar y rechazar esos defectos en los demás, parecería que esas actitudes fueran lo más ajeno e impensable en nosotros (una manera de defensa psicológica ante lo que no nos permitimos a nosotros mismos). Y ciertamente que es una manera de expresar que no queremos tener dichos defectos. Pero nuestro rechazo molesto y enojoso es señal de que AÚN ESTÁ PRESENTE, DE ALGUNA MANERA, EN NOSOTROS, si no en nuestra actividad del momento, sí al menos, como recuerdo del pasado o como una tendencia en el subconsciente.
Una vez más, insisto en que, aunque a muchas personas les parezca difícil aceptarlo, la experiencia de quienes una y otra vez hemos hecho un examen muy sinceramente honesto y serio, nos demuestra que es totalmente exacto.
Cuesta mucho ser sincero y honesto consigo mismo, al admitir que debilidades y fragilidades que nos disgustan y mortifican no sólo son defectos de los demás sino también nuestros.Cuando vemos que también nosotros tenemos los defectos que nos molestan en los otros, necesariamente nos hacemos mucho más comprensivos e indulgentes. Uno de los defectos humanos más generalizados es justamente la desaprobación, la crítica y la condena. Falta tolerancia, benignidad e indulgencia.
En la historia de la Humanidad se han cometido las mayores atrocidades, por falta de comprensión y tolerancia. En las relaciones humanas, tanto entre amigos como en la misma familia, es muy frecuente la rigidez e intransigencia.
Cuando te sientas muy molesto por los defectos de los otros, MÍRATE ADENTRO. Obsérvate. Puede ser una buena ayuda para corregirte y mejorarte. Y sobre todo será un buen camino para comprender a los demás y aceptarlos.
Darío Lostado. Tu vida tiene sentido
Como dice Marta Salvat, el espejo nos muestra como nos tratamos a nosotros mismos...
"Me descubro a mi mismo a través tuyo, por eso cuando me reconozco en ti…
Me transformo”
Lo que ves en mi, está en ti