Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos
de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron
alrededor del hoyo.
Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos
ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus
amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las
otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás
decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando
tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían
señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que
no tenía caso seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas
hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le dijeron: “nos da gusto que
hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos”.
La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás
la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.
En los Estados Unidos de Norteamérica, en la NASA , hay un
poster precioso de una abeja, el cual dice así:
”Aerodinámicamente, el cuerpo
de una abeja no está hecho para volar; lo bueno es que la abeja no lo sabe”.