"Cuando Dios creó la Tierra y puso a Adán y Eva aquí, les dijo que esto era el paraíso, y que ellos no debían preocuparse de nada, que Él podría proveerles todo lo que ellos necesitaran. También les dijo que les daría de regalo, la oportunidad de elegir, de tomar sus propias decisiones, que les daría libre albedrío.
Entonces, creó el árbol de las manzanas. Les dijo: “Esto se llama ‘pensar’. Ustedes no lo necesitan. Yo les puedo proveer todo. No deben preocuparse, pero pueden elegir si quedarse conmigo o tomar su propio camino”.
El problema no fue comer la manzana, el problema fue no hacerse responsables y decir: “Losiento”. Así fue como Adán tuvo que ir a buscar su primer trabajo. Tal como Adán, siempre estamos mordiendo la manzana. Siempre pensamos que sabemos más. No nos damos cuenta que hay otra forma, que existe un camino más fácil.
Cada vez que
estés frente a una situación que te genera una emoción de crisis, de dolor, de
angustia, cualquier emoción negativa, di:
“Al presentarse esto ante mí, puedo
reconocer memorias viejas (Puedo, significa que tengo la posibilidad de
hacerlo. Tengo esa posibilidad: reconocer memorias viejas con esto que está
pasando.) “Esas memorias estaban en mi subconsciente, y por primera vez las
distingo. (Por primera vez, porque antes, la situación me pasaba por encima.
Algo ME pasaba, ME llenaba de angustia, ME llenaba de ira, y me transformaba en
la angustia, la ira, la emoción que fuera. Ahora no. Ahora, puedo ser solamente
el observador, ver lo que está sucediendo ahí, distinguir que es una memoria
vieja que parte de un condicionamiento)
“Ahora en
lugar de convertirme en ESA emoción que ME sucede con la situación, soy el
observador que le agradece a la circunstancia, porque ahora estoy pudiendo ver
ahí, en esa pantalla lo que mi subconsciente está proyectando en ella. Todo eso
que veo ahí afuera, sale de mi proyector. Por primera vez, veo que yo misma
escribí el guión, y puedo modificar lo que los actores que yo misma elegí dicen
con el guión que yo misma escribí. “Por eso les doy las gracias por la oportunidad
que hoy tengo de liberarme. Pido disculpas a la situación teñida por esas
viejas memorias, y la libero, a ella y a los involucrados.”
Cuando estamos enfadados con alguien o por algo, perdemos nuestra libertad. Nuestros propios sentimientos de odio nos condenan y atan. Somos esclavos de ellos. De este modo sólo nos dañamos a nosotros mismos. Podemos liberarnos a través del perdón. El perdonar forma parte del camino más corto y más fácil. Pero no es necesario hablar con nadie para informarle que lo hemos perdonado. Éste es un trabajo interno. Es un proceso que se da entre nosotros y Dios cuando decimos: "Divino creador, perdóname por aquello que está en mí que ha creado esto".
"Te pido perdón---- (nombre de persona)---- por
pedirte que te comportes de la manera que te comportas para encajar en mis
creencias, y te amo.
Me perdono por pedirte que te comportes así, y me
amo.
Pido al Universo que sane en mi lo que hace que le
pida que se comporte como se comporta."
“Perdóname por aquello que está en mí (interior) que ha creado esto. Y lo siento, me amo. Me perdono por estar creando esta realidad.”
“Creador
divino, padre, madre, hijo como uno… Si YO, mi familia, los parientes y los
antepasados le han ofendido, a su familia, parientes y antepasados en
pensamientos, palabras, hechos y acciones desde el principio de nuestra
creación al presente, pedimos su perdón… Deje que esto se limpie, purifique,
corte todas las memorias, bloqueos, energías y vibraciones y transmute estas
energías negativas e indeseadas en luz pura… Y que así sea”
“Esto lo estoy creando yo, son mis pensamientos del otro. Es producto de mis programas, mis grabaciones, mi percepción. Yo puedo borrarlo”.
“Esto lo estoy creando yo, son mis pensamientos del otro. Es producto de mis programas, mis grabaciones, mi percepción. Yo puedo borrarlo”.
“Al
presentarse esto ante mí, puedo reconocer memorias viejas. Esas memorias
estaban en mi subconsciente, y por primera vez los distingos. Por eso les doy
las gracias por la oportunidad que hoy tengo de liberarme. Pido disculpas a la
situación teñida por esas viejas memorias, y la libero, a ella y a los involucrados.
Gracias, lo siento, te amo, lo lamento, te agradezco.”
Ante una zona
enferma o una enfermedad: Te pido perdón (dirigiéndose a la zona enferma) por
pedirte que te comportes de la manera
que te comportas para encajar en mis creencias, y te amo."
"Me
perdono por pedirte que te comportes así, y me amo."
"
Lo siento, Perdóname, Te Amo, Gracias