La sonrisa interior y nuestra fuerza vital

Somos energía y cada uno de nosotros tenemos un lugar donde almacenarla, es nuestra llama interior que mantiene nuestra fuerza vital, parte la tenemos desde nuestro nacimiento y parte la vamos adquiriendo o perdiendo. Es la energía que mantiene sano nuestro cuerpo y nuestra mente y que almacenamos en el.

Las vibraciones positivas y negativas de las personas que hay a tu alrededor, familia y amigos, nos afectan y lo notamos facilmente cuando nos contagiamos de sentimientos de alegría, ira o tristeza.  En muchas familias o grupos hay discusiones y desavenencias y lo bueno es que hay formas de cambiarlo, de transmutar esa energía negativa, esas emociones que dañan y que en ocasiones llamamos "diferencias de caracter".

 Las decisiones que tomamos tienen el poder de fortalecer o apagar nuestra fueza vital, nuestra llama interior. Cuando ésta está plena nos sentimos inspirados, poderosos y seguros, capaces de expresarnos con claridad y sinceridad porque alimenta positivamente nuestra autoestima y nos ayuda a perseguir nuestros sueños.
Pero lo contrario nos sucede cuando nuestra llama/fuerza es debil, nos debilita y deja vulnerables, nos llena de miedo y sin autoestima, sintiéndonos no merecedores de felicidad y amor, haciéndonos desconfiar de todos y sintiéndonos incapaces de dar lo que creemos que brutalmente se nos exige, nos quita el poder y eso nos hace permeables a la fuerza de otros, para bien y para mal.

Nuestras células tienen memoria pero podemos sanarlas con nuestra actitud, con nuestra energía positiva. En otra ocasión ya he hablado de los órganos y la emociones asociadas que derivan en enfermedades cuando nuestra energía es debil (en los riñones reside el miedo, la ira y rabia en el hígado, la angustia y el estrés dañan el intestino grueso , la pena y la tristeza los pulmones...) las emociones nos motivan y fortalecen para actuar (mucha ira puede movilizar el cuerpo para pegar, mucha alegría para besar) no podemos ni debemos echar la culpa a los demás, somos el resultado de nuestros pensamientos y decisiones pero recordemos que nosotros tenemos el poder y no vamos a regalarlo sino a utilizarlo para ayudarnos y amarnos primero a nosotros (No puedes dar lo que no tienes), es cuestión de `procurar tomar la decisión adecuada. Lo que sientes lo reflejas y envías.

Está demostrado que el simple hecho de sonreir o amagar una sonrisa activa en el cerebro funciones que generan estados emocionales positivos y vibraciones que se extienden a los que nos rodean y que debilitan los sentimientos depresivos o agresivos.

Lo bueno es que no solo depende de nosotros mismos mantener nuestro depósito de energía con una llama potente y vibrante que alimente nuestra alegría y paz sino que nosotros mismos podemos utilizar  y elegir la forma de hacerlo , hay varias como las técnicas energéticas y vibracionales, ejercicios de liberación emocional, la meditación... , y aunque al principio pueda parecer dificil la tarea con práctica es fácil conseguirlo.  Hoy vamos a aprender y practicar un ejercicio.

La Sonrisa Interior, cuando sonreimos a nuestros órganos les llenamos de esa energía positiva. 
Aumenta la actividad de la glándula timo, órgano del sistema linfático,  reguladora de la energía.

No debemos juzgar a personas o situaciones aunque sintamos esa emoción negativa pero cuando seamos conscientes de ello conectemos con nosotros mismos, con nuestro yo interior, y con ese sentimiento para transformarlo en paz, alegría y vida.

Hay varias versiones de este ejercicio y voy a elegir el que creo es más fácil tal y como me lo enseñaron.

Para realizar este ejercicio puedes hacerlo de pie o sentado, mantén los pies firmes en el suelo con las manos hacia arriba sobre tu regazo.

Si estás acostumbrad@ a meditar siente la conexión de tus pies con el suelo, con la energía de la tierra y presiona suavemente la lengua con el paladar.

1.Cierra los ojos, respira suave y profundamente sintiendo las sensaciones físicas del aire entrando y saliendo de tu cuerpo.

Piensa en una sonrisa, la más sincera que puedas recordar o simplemente sonrie y si estás algo oxidado haz un amago, una mueca de sonrisa con esa intención. Lleva la energía de la sonrisa a tus ojos.

Siente la sonrisa brillar a través de tus ojos, (relajar los ojos permite calmar el conjunto del sistema nervioso).

2. Cuando sientes tus ojos llenos de la energía que llega desde tu sonrisa puedes comenzar a imaginarla y desplazarla por todo el cuerpo. 

3. Lleva la energía de la sonrisa hacia tu entrecejo, frente, ojos, nariz, boca,  mandíbula y lengua. 

4. Baja la sonrisa hacia tu cuello y tu garganta y haz desaparecer la tensión en esa zona de tu cuerpo.

5. Deja que de la energía relajante de la sonrisa interior circule hacia tu corazón, para llenarlo de amor. Respira y sonríe. Siente tu corazón expandirse e irradiar ese amor.

6. Desde el corazón deja el amor, esa sensación cargada de energía, circular hacia otros órganos internos relajándolos, suavizándolos y rejuveneciendolos a su paso. 

Realízalo siguiendo este orden: Pulmones, hígado (en el lado derecho bajo la caja torácica), riñones (bajo la caja torácica, en la espalda, a un lado y otro de la columna). Páncreas y bazo(en medio del abdomen). A tu hígado y la vesícula biliar. Sonríe

Cuando hayas terminado de llevar el amor, la sonrisa y la emoción, a todos tus órganos, lleva tu sonrisa hacia un punto situado a unos 5 cm por debajo del ombligo y  detrás de él, en el interior del cuerpo (llamado tantien o hara)

7. Lleva de nuevo tu sonrisa interior hacia tus ojos y boca. 

8. Produce ahora algo de saliva, trágala y deja que tu sonrisa la acompañe durante su recorrido por el aparato digestivo, difundiendo la relajación en todo el aparato digestivo (esófago, estomago, intestino, colon) 

9. Lleva de nuevo tu sonrisa interior a tus ojos y déjala descender hacia el centro de tu columna, vértebra a vertebra, hasta el coxis.Mantén la espalda recta durante le ejercicio.

10. Cuando hayas terminado con tu columna descansa tu sonrisa en el Tan Tien y observa cómo te sientes.

Descansa de esta forma durante algunos minutos antes de retomar tus actividades. Con el tiempo solo necesitarás pocos minutos para realiza este ejercicio completo.

Ésta es, más o menos,  una de las relajaciones guiadas de las sesiones de terapia y que ayuda mucho a conectar con uno mismo, llenándonos de paz y armonía.

Sonríe con la cara, con la mente y te llenarás de buena energía.