La Energía Kundalini es el motor fundamental para la vida. La energía del Cosmos y el impulso de vida (energía sexual), la fuente de energía vital de nuestro Sistema Energético, que nos permite evolucionar a partir de nuestro cuerpo físico.

Nuestro sistema físico fue construido para sostener el despertar de la Energía Kundalini, la cual podemos visualizar como una serpiente enrollada y adormecida en la base de nuestra columna, ya que es esa energía adormecida dentro de nosotros mismos y que, una vez despierta, nos lleva a la expansión de nuestra consciencia.

El papel que cumple la Energía Kundalini es sintonizar y preparar, con su ascenso por los nadhis y chakras, los cuerpos inferiores del hombre (el cuerpo físico, el cuerpo emocional y el cuerpo mental), para recibir y contener las altas frecuencias energéticas del Espíritu, tomando de la Fuente aquello que es necesario para su evolución. Este despertar kundalini significa, también, una apertura de conciencia, la cual pasó por un proceso de muchos años de evolución y que ahora da ese gran salto buscando como nunca antes ecercarse a La Fuente.

Es un proceso que se manifiesta de apoco, tanto como la modificación de nuestra estructura atómica y la del ADN; y que, como todo cambio y transición produce ciertos ajustes y molestias en el plano de nuestro cuerpo físico. Ascendemos a medida que nuestro sistema nervioso también evoluciona. 

La sintomatología de estos cambios es numerosa, así como también los cambios significativos que se producen en nuestras vidas. Comenzamos a romper viejas estructuras y nuestra claridad de pensamiento es mucho mayor acrecentándose nuestra percepción; deshaciéndonos de lo viejo para renovarnos y transmutarnos en lo nuevo se ven modificados nuestros anteriores patrones de conducta; obteniendo una visión totalmente diferente de la existencia y ascendiendo en el Espíritu gracias a esta energía transformadora. Ese Fuego Sagrado crece y modifica nuestra frecuencia vibratoria, dándonos la oportunidad de la Realización y la Iluminación. Y como sabemos, todo lo que hacemos repercute en otros y en nuestro entorno, con lo cual también se ve modificada la tasa vibratoria a nivel planetario. De esto se desprende la importancia de vibrar en frecuencias más elevadas.

Estamos viviendo un despertar planetario. Un amanecer del conocimiento y la espiritualidad. Vinimos a este plano físico con una tarea que desempeñar y para ello traemos con nosotros una determinada cantidad de herramientas y la energía necesarias para desarrollarnos y evolucionar, según nos encontremos en nuestra escala evolutiva, la cual es personal. Es en este Fuego Sagrado, que nos purifica y nos transmuta, en el cual podemos trabajar cuidando y acrecentando 
nuestras capacidades responsablemente.